Comenzamos con una parte bastante difícil del proceso de construcción de un violín: la talla de la voluta, y esta en verdad es una labor delicada, ardua y que requiere de bastante paciencia y precisión. Para tal cometido utilizaremos gubias, formones, limas...
Marcamos los cortes, sin olvidar el eje de simetría, nunca debemos perder el centro de toda la pieza, definimos la cabeza del violín por fuera, la zona del clavijero, del mango donde irá la tastiera, marcas muy importantes que nos darán el tamaño casi final del mango completo.
A base de formones y gubias, dejamos lo mas plano y liso que podamos los contornos de las vueltas de la espiral. Para luego proceder al vaciado con gubias que le dará volumen y belleza a la voluta del violín.
Como era de esperar, al ser la primera vez, hemos cometido algunos errores que iremos subsanando a medida que cojamos más y más experiencia. La voluta de un violín es una talla delicada que requiere bastante práctica y precisión. El resultado final, con algunos errores, no ha sido malo, aunque no lo podremos utilizar de mango para un violín pero nos servirá de experiencia . ¡Bella y ardua labor! A seguir aprendiendo...
Como era de esperar, al ser la primera vez, hemos cometido algunos errores que iremos subsanando a medida que cojamos más y más experiencia. La voluta de un violín es una talla delicada que requiere bastante práctica y precisión. El resultado final, con algunos errores, no ha sido malo, aunque no lo podremos utilizar de mango para un violín pero nos servirá de experiencia . ¡Bella y ardua labor! A seguir aprendiendo...